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Trucos y Consejos

Cómo jugar a Sekiro

Cómo jugar a Sekiro
Nacho Requena Molina

Nacho Requena Molina

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From Software se ha convertido en uno de los estudios de videojuegos con más solera a nivel mundial. La afamada saga Dark Souls lo ha catapultado hasta niveles de popularidad insospechados para ellos, a pesar de que llevan décadas desarrollando productos. Sin ir más lejos, han acuñado un nuevo género, el souls-like, algo así como juegos de acción donde predominan una serie de parámetros muy determinados.

A partir de esta premisa, From Software ha ido ampliando sus miras con nuevos títulos alejados de la serie principal, véase Bloodborne para consolas PlayStation, el futuro Elden Ring o este que traemos ahora, el magistral Sekiro: Shadows Die Twice. Si vas a entrar por primera vez en el juego, te contamos cómo jugar a Sekiro para que la senda del shinobi te sea… un poquito más fácil (si es que eso se puede).

¿Qué es Sekiro?

Sekiro es un videojuego de acción enmarcado dentro del género souls-like, creado por el propio estudio que desarrolla esta aventura. Ubicado en un ficticio Período Sengoku de finales del siglo XVI en Japón, el jugador se pone a los mandos de Lobo, un shinobi que busca venganza tras el ataque sufrido por parte de unos samuráis, quienes a su vez secuestraron a su maestro.

El videojuego nos lleva a un Japón con altas dosis de fantasía, donde la magia, la espiritualidad y los mitos cobran protagonismo. De esta manera, veremos hechos, armas o edificaciones reales, pero todo cargado con un toque de misticismo que convierte la obra en un maravilloso cuento mágico.

Nosotros, como el Lobo, tendremos que conseguir la ansiada venganza recorriendo localizaciones de ensueño repletas de peligro, desde samuráis de bajo rango hasta serpientes gigantescas o demonios llegados del inframundo. Y, cómo no, para eso habrá que ser un buen shinobi.

Vida y postura

La simplicidad de Sekiro a la hora de plasmar iconos en pantalla es una auténtica delicia. El videojuego recurre a dos barras en cuestión para ejemplificar lo necesario: la que aparece en primer lugar encima de la cabeza del enemigo es la vida, mientras que la inferior es la guardia, postura, estamina o resistencia (puede recibir todos estos nombres). Ambas están correlacionadas y fluyen entre sí; y nos explicamos.

El enemigo muere cuando su barra de vida cae a cero, como es lógico, pero también sucede que no es fácil bajar esta barra de vida. Para ello, lo ideal es que la barra de resistencia o guardia se ponga hasta arriba del todo. Si conseguimos esto mediante bloqueos, parrys o mikiris (luego explicaremos esto), podremos asestar golpes mortales a los rivales.

No obstante, se debe tener en cuenta que esto también va en el otro sentido. El Lobo tiene la barra de vida situada en la parte inferior izquierda, mientras que la barra de guardia, estamina o resistencia aparece en la parte central inferior. Si a nosotros también nos llenan esa barra los rivales, estos podrán golpearnos hasta la muerte. Si ves que la barra de postura está a punto de romperse, escapa de la situación y ve recuperándola poco a poco. Con estas dos barras explicadas, saltamos al punto siguiente.

¿Qué es el ”parry”?

Parry básico

Sekiro: Shadows Die Twice basa todo su jugabilidad en un elemento clave: el parry. Tras este nombre se esconde una mecánica de juego que consiste en bloquear el ataque del enemigo en el momento preciso. Haciendo esto de manera prolongada, el rival irá bajando su guardia o resistencia hasta que exista la posibilidad de asestar un golpe.

El videojuego desarrollado por From Software es como Just Dance de katanas, donde es imprescindible aprender el ritmo y el compás de los enemigos. De esta manera, es de vital importancia interiorizar los comandos de cada enemigo para saber realizar este parry. Ahora bien, ¿se puede jugar sin él? La respuesta es “sí”, pero todo se hace más complejo.

Sekiro también apuesta por las esquivas y el saltar, pero basa todo su planteamiento en que el usuario aprenda las nociones básicas del parry. Esto no es sencillo, repetimos, pero es el elemento principal sobre el que vertebra toda la jugabilidad del juego.

El mikiri

Si el parry es la base de Sekiro, el contenido duro lo presenta el mikiri. Esta mecánica jugable puede ser de las más interesantes que se ha visto en un videojuego souls-like desde hace mucho tiempo. El parry sirve para ir bajando la guardia del rival hasta que dé la posibilidad de atacar, ¿pero qué ocurre cuando de repente el contrincante nos lanza un “mikiri”?

El mikiri es un símbolo rojo que aparece encima de la cabeza del personaje (un kanji japonés que significa “ataque peligroso”). Este ataque no se puede bloquear de manera normal ni tampoco con el parry cotidiano, sino que requiere de una precisión quirúrgica. Para que nos entendamos, es un parry elevando su dificultad hasta cotas insospechadas.

La diferencia con el parry normal es que el mikiri deja la guardia del rival al descubierto por completo. Gracias a ello, a los enemigos más débiles podrás matarlos de golpe, mientras que a los jefes finales les quitarás un alto porcentaje de la barra de guardia.

Cómo mejorar a nuestro personaje

Sekiro: Shadows Die Twice tiene una grandísima diferencia respecto a otros videojuegos desarrollados por From Software: el personaje principal no goza de niveles o puntos de experiencia. En otras palabras, el juego es un constante aprender las mecánicas de juego. Ahora bien, sí que se puede mejorar “algo” al lobo.

Para aumentar nuestra vida y postura necesitamos conseguir cuatro cuentas de oración. Estas se logran derrotando a enemigos de mayor enjundia o buscándolas repartidas por el mapa. Gracias a estas cuatro cuentas de oración podemos crear un “Collar de oración” y canjearlo en un punto de vitalidad y postura.

Por otro lado, para mejorar el ataque necesitamos, una vez más, derrotar a los jefes finales de cada escenario. Cuando se logra esto, el videojuego nos facilita un “Recuerdo”. Estos se pueden canjear en los puntos de guardado (al igual que las cuentas de oración) y permiten elevar un punto el ataque.

Esto es lo máximo que podremos mejorar a nuestro personaje en Sekiro: Shadows Die Twice. Aquí no podemos seleccionar los parámetros exactos en los que gastar los puntos (como sucede en Dark Souls o Bloodborne), por lo que aprender a jugar es más que esencial. Eso sí, podremos conseguir objetos repartidos por el escenario que nos ayudarán a la tarea de liberar las tierras de Ashina, desde petardos hasta más objetos de curación (y esto sí que son esenciales para durar más en combate).

Las habilidades

En Sekiro: Shadows Die Twice podemos aprender habilidades de muy diverso tipo. Estas habilidades se pueden equipar en el menú, de ahí que no se puedan utilizar todas a la vez. Por tanto, es necesario saber para qué sirve cada una y cómo podemos utilizarlas.

Las habilidades están repartidas en una serie de cuadros: Artes de Shinobi, Artes de Ashina, Artes de Mushin, Artes del Templo, Artes de Prótesis y Ninjutsu. Cada uno es diferente entre sí, además de que algunas son vinculantes una vez aprendidas y no es necesario equiparlas. Así mismo, también hay que tener en cuenta que no todas las habilidades valen para todos los enemigos, es decir, cada habilidad responde mejor o peor a un rival.

Las armas

Hablar de “armas”, en plural, quizás tenga cierto truco, ya que en Sekiro no existen más armas que tu propia katana. Esta es la principal y la que vas a usar el 99 por ciento de las veces; no obstante, sí que existen prótesis para equipar en el brazo artificial que porta el Lobo.

Las prótesis podrían ser algo así como nuestras armas secundarias. Estas se van consiguiendo a lo largo de la aventura cuando se reúnen una serie de materiales. Son un total de 10 prótesis para el brazo: Shuriken cargado (arma arrojadiza), Barrenos (como los petardos), Hacha cargada (para ataques fuertes contra escudos), Lanza cargada (una lanza de fuerte impacto y distancia), Sabimaru (daga envenenada), Abanico de hierro (escudo para protegerse), Secuestro divino (abanico para espantar a los enemigos), Silbato (para confundir a los animales), Cuervo de niebla (mejora la esquiva y contraataque) y Conducto llameante (para escupir fuego con un cañón).

Selecciona aquella arma secundaria que mejor encaje no sólo con tu estilo de juego, sino también con los enemigos contra los que estás luchando. No todos son igual de vulnerables a una de estas diez armas disponibles.

Los jefes finales

Cerramos esta guía, como no podía ser de otra forma, con los jefes “finales”. Sekiro: Shadows Die Twice está repleto de enemigos de gran envergadura. Estos suelen aparecer en momentos muy puntuales dentro del escenario, y por lo general suele verse cuándo nos vamos a enfrentar a uno.

Hay decenas de “jefes finales” dentro de Sekiro, y cada uno tiene una estrategia muy diferente entre sí. Nuestra recomendación es que no tengas miedo a experimentar, que mueras todas las veces que necesites y aprendas cuáles son los patrones de movimiento de cada uno. Así mismo, recuerda consultar vídeos en YouTube, que es una fuente inagotable de recursos.

Aquí tienes una guía sobre cómo afrontar Sekiro: Shadows Die Twice, y recuerda: aprende bien a hacer parrys, que el resto llegará solo…

Nacho Requena Molina

Nacho Requena Molina

Periodista especializado en videojuegos y tecnología. Casi dos décadas dedicado a ello.

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